30 de septiembre de 2012

TED ( SETH MACFARLANE, ESTADOS UNIDOS, 2012)

Doble filo

El problema de una película como Ted no es sólo que haya un director sin conciencia ética con un discurso siempre dudoso entre “humor” y racismo e intolerancia. En realidad el problema es como se subestima al público dándole como única oferta en los complejos cinematográficos este tipo de comedia, normalizando la basura industrial sin la posibilidad de una contraoferta y otro estilo de películas. Esta comedia, con ambiciones de parecer ácida y moderna, sólo reproduce la ideología más simplista norteamericana.
Llegué al cine ya que tenía tres horas libres y estaba lejos de casa, muy cerca del shopping del Abasto. Pensé que sería divertido tomar la situación como un Oulipo o la teoría à la derive (de los escritores D’ Abord o Pérec), recordando que hace más de dos años no iba al cine sin saber la cartelera ni los horarios, y eso podía ser una buena señal. Intenté relajarme, aceptarla sin prejuicios cuando ya se podía adivinar una introducción básica y poco prometedora.
La película parte con una narración en voz en off y omnisciente tipo Walt Disney (pero mal hecha) y cuenta, en resumen, como este osito (Ted) llegó a manos de un niño y como se juraron amistad, intentando generar una ternura forzada y burda. La fotografía nota un buen presupuesto: grúas e iluminación nocturna, y una correcta animación del osito (lamentablemente desperdiciada). En esta introducción se podía intuir una mala actuación y personajes binarios. Me dije paciencia, quizá me sorprendo mas adelante y sea entretenido. Quiero decir, cada uno de estos elementos bien tratados puede generar algo bueno, pero acá solo había la repetición de una formula sin inspiración, simple y cliché.

Mark Wahlberg y Ted, cuya voz es del mismísimo MacFarlane.

A medida que avanzaba la película empeoró; en ello veo dos razones: por un lado la película en si misma, desde el guión hasta la copia final, por otro el tema ético.
De la película en si podemos partir hablando de lo mas grave que es el tema del ritmo. No tiene continuidad, tenemos secuencias aisladas que no se unen con la siguiente, como si el director no hubiera podido ir mas allá del formato serie (creador de Family guy) acostumbrado a crear capítulos de 30 minutos y no de hora y media. Son pitchs separados, que son usados en el montaje solo como función narrativa, aunque no aporte ni diga nada a la película en general, sino solo tedio. Los actores dan vueltas alrededor de una escena sin contenido ni humor; una escena vacía, calculando segundos para tirar uno u otro diálogo pero todo superficialmente, sin compromiso, dejando extraños e inentendibles baches.
En relación al humor tenemos un osito poco carismático que solo piensa en fumar marihuana y hablar de pedos; a la tercera vez que se repite es totalmente aburrido. Por momentos la película intenta parecer intelectual citando por ejemplo a Pink Floyd o criticando el arte moderno sin decir nada interesante o constructivo al respecto, más bien enmascarando el humor burdo al que se somete.
La actuación al pensar el ritmo de una película, es pésima, ningún actor se cree que le habla a un osito, ninguno se cree la relación de pareja, es como si los actores -hablamos de actores porque hablar de personajes ya implica una idea de otro, de un nuevo ser encarnado en la cara de un actor- pensaran todo el tiempo qué están haciendo frente a una pantalla.

Ted y sus mujeres.

Todo esto podría aceptarse si no fuera porque hay un problema ético detrás, y para peor pareciera que nadie se diera cuenta (es cosa de oír las risas en la sala). Esta comedia tiene un doble filo, donde la segunda línea narrativa es muy compleja y demuestra una gran parte de las ideas intolerantes de la población norteamericana y su copia en el resto del mundo.
Por mas que el director intenta ir contra la moral típica yankie (haciendo que Ted se drogue o teniendo sexo en el supermercado), repite un modelo estándar, haciendo un humor básico y sin ironía: el protagonista tiene una prueba en su vida que lo hace crecer emocionalmente para casarse por la iglesia, donde la novia lleva un vestido blanco y al final dicen “fueron felices para siempre”.
Es una película que quiere hacer ver graciosa la cultura y la forma de ser de los pobres, de los chinos, de los judíos, siempre estando al limite de ser racista: un padre con un hijo obeso y un poco tonto que no tuvo la oportunidad de tener un “osito mágico” que no sabe como relacionarse con Ted, porque nunca le enseñaron. El padre pobre tambien le ofrece a Ted todo lo que tiene; unos ticket de comida de ferrocarril o vivir en su casa, y sin embargo Ted lo repele. También toma a los chinos en su chiste mas básico; en la fiesta en la casa de Ted rompen la pared del vecino, el chino aparece con un palo haciendo sonidos estilo pelea con ganas de pegarle al responsable, como un animalito  brusco y básico. O cuando se ríe de los judíos con el tema del dinero.
Todos estos discursos intolerantes y básicos se pueden escuchar cotidianamente en nuestra vida: con un vecino, con un encargado de edificio, con el kioskero, con algún profesor, con alguna vieja facha en la calle. Pero cuando uno va al cine espera ver algo diferente, con ideas nuevas, algo vitalizante.
Si bien muchas películas logran reírse de algún tipo de cultura o sociedad, esta lo logra dudosamente, generando un humor disfrazado de básico pero consciente de la ideología transmitida (porque cada acto transmite ideología) o peor, no se da cuenta de su discurso. Una opción triste porque se invierte dinero y trabajo en obras que nos hacen retroceder como sociedad más que avanzar.

CALIFICACIÓN


8 comentarios:

  1. Violeta, vos en serio esperabas encontrar en Ted algo que nos hiciera avanzar como sociedad?? Calculo que, minimamente, te habrás topado con el trailer o habrás visto alguna vez Family Guy. Es como ir a ver a Midachi y esperar "ideas nuevas, algo vitalizante". Desde el minuto 0 se sabe que era una película para reírse y punto. Si vos queres hacer un análisis psico-social, me parece que la estas poniendo en un lugar que la película no pretende.

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  2. Hola Luz, gracias por tu comentario!...
    Pero a pesar de que es una película "para reírse y punto", también tiene un trasfondo, un inconsciente colectivo que te transmite algo... a eso voy...

    De esta película no digo que tiene que ser excelente, pero al menos que no apele a lo más básico y simplista y de un humor reaccionario. Por algo esta en todos los cines y no lo vemos por el cable.
    Saludos!
    Viole

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  3. Muy válido el análisis. Precisamente, la treta consiste en enmascarar la ideología para obtener cierta impunidad de crítica: "Bueno, es sólo una tonta comedia". Mientras tanto miles de espectadores ("es cosa de oír las risas en la sala") se fueron de la sala un poco más permeables a reírse de un judío, un chino, un homosexual, un latino, un obeso, un discapacitado, o lo que venga en el próximo film. Eso es retroceder como sociedad. Saludos, Usher.

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  4. Cuando la fuí a ver esperaba algo mejor, esperaba una comedia fresca y bien manejada. Lamentablemente el humor era pésimo; escuchaba a personas reirse a carcajadas cuando los actores escupían groserias, como si ello fuera divertido. Imaginarás el tipo de personas que eran. Yo me sentía agobiado. Ni de chiste la vuelvo a ver.

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  5. Gracias anónimos por opinar!
    También tuve una sensación extraña, especialmente, como ustedes mismos resaltan, de la gente riéndose a carcajadas. ¿Habrá estado el público muy condicionado por Family guy?

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    Respuestas
    1. Partamos por el principio. El afiche de la película es un oso de peluche orinando con una botella de cerveza en la mano. Tenés que reconocer que la película cumple con lo que promete. Ahora, no me parece sensato ir a ver una película que se promociona con un oso de peluche orinando con una botella de cerveza en la mano y esperar encontrar algún tipo de profundidad allí. En cuanto a que el filme transmite una ideología, es cierto, es la ideología de la hipocresía. Cuando Ted dice "judíos si, pero mejicanos no", no está ofendiendo a los mejicanos, está ofendiendo a cierto tipo de "progresismo" norteamericano. Macfarlane hace lo mismo de siempre, tomar temas delicados e incómodos como el racismo, la religión, el aborto, y mostrar con ello lo que la sociedad norteamericana es, no lo que la sociedad norteamericana "dice" que es. La verdad siempre es incómoda, el director la muestra incómoda, pero también absurda y ridícula. Me parece muy bien reirse a carcajadas de temas importantes, de clichés ofensivos que no son ocurrencia de Macfarlane, sino de la sociedad en la que él vive, a estas alturas me parece saludable la idea de que los chistes de judíos no sean sólo para Woody Allen. Peor es barrerlos abajo de la alfombra, porque ahí están, existen, y lo mejor es mostrarlos al mismo tiempo que mostramos que tan ridículos son los que los pronuncian, o los que se los toman en serio. Para más aclaración, la actriz que interpreta a la madre del protagonista (Alex Bornstein) es judía, si ella encuentra la gracia, y nos da permiso para reirnos de nuestra estupidez, entonces porque vamos a sentirnos ofendidos? Saludos. Hernán.

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  6. yo me reí cuando ted cantaba como eddie vedder, fue genial y cuando toma merka, después seguí con mi vida.

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  7. Yo creo que el que no gusta del humor de esta pelicula, simplemente no entiende el humor ironico, o el humor a base de estereotipos que justamente demarca y critica. Por consecuente, supongo que la gente que aborrecio esta pelicula, debe odiar Los Simpsons, y tampoco debe entender su humor.

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