22 de mayo de 2013

UPSIDE DOWN (JUAN SOLANAS, CANADÁ, 2012)

LOS MUNDOS OPUESTOS
Ideas desperdiciadas


"Sólo una hora, pero el mundo se había derrumbado
y vuelto a constituir con una forma nueva e incolora."
FAHRENHEIT 451 - RAY BRADBURY


El entorno es, al menos, llamativo. El director y guionista es Juan Solanas, hijo de Pino Solanas- tiene en su haber el corto francés El hombre sin cabeza, y los largometrajes Nordeste (2005) y Jack Waltzer: On the Craft of Acting (2011), documental también de origen francés. Los actores, Kirsten Dunst, Jim Sturgess y Timothy Spall. El presupuesto, sesenta millones de dólares, fruto de una coproducción franco canadiense. La recaudación del film hasta el momento, casi irrisoria. El género, ciencia ficción. La idea, una mujer y un hombre de dos planetas que orbitan juntos y tienen gravedades opuestas se enamoran. Los datos no podrían ser más interesantes, la propuesta es sumamente tentadora. Todo esto justifica por sí solo ver el film, que, lamentablemente, no deja de ser un gran e incorregible error- o el ejemplo perfecto de la distancia entre aquellos dos mundos que son lo dicho y lo hecho, el papel y la pantalla, una idea y su ejecución.

Visualmente llamativa, Upside Down  hace un uso excesivo de lo digital desde el comienzo.

Se pueden elaborar diversas teorías respecto al fenómeno de Upside Down. La más tentadora y, en apariencia, probable, es argüir que su gran fracaso se debe a su propia e insostenible ambición. Lo que en un principio pareciera ser una reversión de Romeo y Julieta en una simpática fábula futurista es en cambio un lastre pesadísimo, de esos que se hunden y ahogan en sus propias leyes. Es notable, por ejemplo, cómo los efectos visuales, absolutamente excesivos, se van diluyendo con el correr de la película, al punto de que hay secuencias hacia el final del film que denotan una gran falta de presupuesto: edificios inverosímiles y movimientos digitales pelados, como esqueletos y borradores de una producción que nunca fue- el revés de una trama que nunca supo construirse como tal.
La ciencia ficción es, ante todo, un género que se supo elaborar sobre la base del concepto de distopía en contraposición con la utopía, aquel lugar imposible o ideal. Es así que el futuro distópico, aquel escenario no deseado- "lugar malo"- es aquel que responde a una problemática muy clara determinada generalmente por factores sociales. Upside Down es un claro ejemplo de esto: el norte y el sur, los de arriba y los de abajo, los ejecutivos y los obreros, el calor y el frío. Su eje es siempre binario, constantemente alterna entre dos opuestos emparentados con cada uno de estos mundos. Justamente, la idea original de la película de que existan dos mundos con la misma atmósfera que orbitan juntos, cada uno respondiendo a su propia gravedad, pone en cuestión un uso de la metáfora literal, del símbolo evidenciado, que podría funcionar a la perfección dentro del ámbito de la fábula. Lo de arriba se encuentra al revés, en sentido contrario a lo de abajo. Los de abajo son perseguidos y pisoteados, mientras que los de arriba se enriquecen succionándoles el petróleo y convirtiéndolo en electricidad, que a su vez es vendida de vuelta a precios altísimos. Hay entonces en este trazado una intención de transparencia por parte de Solanas, un intento de simplificar la problemática para que su lectura sea posible desde cualquier punto de vista que calza muy bien con el género. Un género que se justifica a sí mismo, que crea sus propias leyes y en donde todo puede llegar ser verosímil.

Jim Sturgess se defiende en su papel, Kirsten Dunst intenta sostener escenas que bordan lo gracioso.

El problema con Upside Down tiene que ver con su verosimilitud. Una verosimilitud que falla no tanto en la idea, en el mundo planteado, sino más bien en sus métodos y en las acciones y reacciones de sus propios personajes- los efectos de aquella idea inicial. Ya desde el comienzo, desde los créditos iniciales, se utiliza una voz en off que no sólo resulta sobre explicativa sino absolutamente contraproducente. Se entiende que justamente el género pide que se establezcan las reglas del universo planteado en los minutos iniciales, pero en Upside Down este momento no genera interés porque no hay posibilidad de involucrarse, en esta instancia, con la diégesis planteada. Son, justamente, reglas que se puntean para que una subestimada audiencia comprenda lo que está a punto de ver, una raquítica generación de sentido que le quita al film cualquier posibilidad de generar intriga o extrañeza. Éste es el germen de algo que se repetirá a lo largo de todo el film, y que se traducirá en una torpeza narrativa que terminará por socavar la esencia propia que supo tener, en una instancia primerísima- en el origen, en la idea, en la tinta y el papel- Upside Down.
Es en esta distancia, justamente, en donde radica el problema del film de Solanas. Hay decisiones narrativas que conspiran contra la trama misma: los momentos de mayor carga dramática son aquellos que menos funionan- es como una carrera en la que no se corre por decisión sino por obligación, obligación de llegar al fin, de terminar. Esto, en el terreno de lo intuitivo, podría ser un reflejo del detrás de camara: no hablo de intención, sino de presión. Presión del dinero, presión de los tiempos, presión de los productores. Es la única explicación plausible- innecesaria quizá, pero eso es lo que provoca Upside Down: intriga no por lo que vemos en la pantalla, sino por lo que sospechamos sucedió detrás.
Hay, eso sí, guiños para los de abajo. Guiños que Solanas nos dedica y que son, en definitiva, lo más rescatable de la película: el reiterado tango "El último café" en el Café Dos Mundos, aquel espacio que remite directamente a los escenarios de las películas de su padre, particularmente al de El exilio de Gardel, o la utilización de un Falcon verde para una escena en la que el protagonista es secuestrado, claro paralelismo con la dictadura militar argentina (es sabido que Pino Solanas se exilió junto a su hijo de pocos años en Francia durante la década del '70, y Juan permaneció allí, en donde estudió y actualmente vive). Sin embargo, estos acertados detalles no movilizan un relato que se asfixia por sus propios métodos- es en esta instancia un cuerpo frío e inerte, y es la mera intriga por el detrás que mencionábamos hace unos instantes lo que nos impulsa a seguir.

Los mundos opuestos en el ámbito de la oficina es uno de los pocos aciertos estéticos.

Upside Down no es sólo una mala película- también es una película poco efectiva. Y esto es importante porque Upside Down apuesta a su propia efectividad. Hay, de hecho, películas malas pero que, en un punto, funcionan. Y el desprendimiento de esa efectividad, en la gran mayoría de los casos, y sobre todo en el norteamericano, incide en su repercusión en la taquilla. Puede sonar frío hablar de números en este torpe punteo. Sin embargo, una película de este envergadura- se trata a fin de cuentas de una producción de mediano calibre según los estándares de Hollywood- jamás podría renegar de su clara condición de producto necesitado de ser consumido (no hace falta entrar en la complicada relación entre arte e industria, sólo digamos que en estos casos la misma es muy estrecha).
Siguiendo esta línea, nos queda intuir que hubiera sido algo mucho más interesante el ver esta idea trabajada en el ambiente nacional. Puede que sea un delirio pensar así, pero lo más- lo único- llamativo de Upside Down es su propuesta y no su factura, y esto a uno lo hace pensar hasta qué punto no hubiera sido mejor utilizar menos recursos técnicos para contar algo con más sustancia, con más espesor y menos regodeo en efectos que no hacen sino empalagar. Y qué mejor lugar que el propio, desde donde el discurso social tendría incluso más sentido, y en donde la carencia de enormes presupuestos y la imposibilidad física de realizar tal andamiaje de efectos visuales podría haber sido, quizá, desde el lugar confeso de un deseo personal, absolutamente caprichoso y casi ridículo, algo a favor.
POR FEDERICO RUBINI


CALIFICACIÓN






4 comentarios:

  1. Recién acabo de verla y me pareció maso, está mejor que otra que ví nacional (Arg) de todo 3D, le falta empuje a la historia. Creo que el problema de que no llega hacer una muy buena película está que creó un conflicto muy bueno pero le costo la solución. Además sentia que por momentos entre la pareja no tenía un buen dialogo, como que no sabian que decirse entre los personajes, ojos los dos actores excelentes pero el guión malisimo, como siempre de los autores Arg (aclaro soy argentino) Si gastarón tanto dinero creo que tienen que gastar más en pruebas con un público chico de consulta para saber si va bien o no la película. Otra parte, no estoy de acuerdo que los efectos disminuyen en la cálidad!!

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  2. Pues a mi me ha gustado, la he encontrado diferente y original.

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  3. la película es malísima. Empezando por el guión, seguido de la propuesta estética, las tomas elegidas y las actuaciones no son la gran cosa. HO-RRI-BLE. Que quede claro que soy estudiante de Artes Audiovisuales, y si no les basta la crítica de un estudiante, les puedo asegurar que todos mis profesores opinan igual.

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  4. BUENISIMA! LA MAS BELLA FANTASIA QUE HE VISTO EN LOS ULTIMOS TIEMPOS. MUY CERCANO A LO QUE SE VIVE HOY.

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